Wildest Dreams
Contigo todo era fácil. El tiempo discurría despacio. Podía detenerme a beber una coca cola, a mirar el paisaje, oler las flores, decir algo que me pasara por la cabeza o mirar el cielo y ver una estrella fugaz y disfrutar de ello por el mero hecho de disfrutarlo.
Sin darme cuenta mi corazón corría como la vida misma, despiadada y salvaje. Todo tipo de alarmas sonaban a mi alrededor.
Alta como un ciprés, tu pelo resplandeciente como el ónice, tus ojos perdidos como lunas en cualquier lugar, la música con tus palabras y sus silencios.
El momento era demasiado dulce como para abandonar. Siento no haberme dado cuenta o más bien, no haberme querido dar cuenta.
En la soledad de noches como esta, de noches como todas, me consuelo pensando que me recuerdas tanto como yo a ti. Que quizá no me recuerdes como lo que fui; sino como lo que pude ser.
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