Pues estaba esta mañana en el coche cuando de pronto el camión que iba delante se ha parado a cargar algo de un piso en obras. Como la calle era estrecha no quedaba otra que esperar. Bueno, no había ningún problema. No tenía prisa, tenía música y aire acondicionado. Me he quedado embobado mirando el cielo como suelo hacer, luego he vuelto a la realidad, he bostezado...
Tenía curiosidad por ver la cola que se habría formado detrás y he mirado por el retrovisor. De la interminable fila de coches ha emergido una chica en moto que se ha subido a la acera y ha subido toda la calle hasta ponerse delante de mí.
Llevaba una moto potente y la chica tenía un estilazo increíble. Sus pantalones cortos mostraban con todo su esplendor sus hermosas piernas bronceadas y un bonito tatuaje. Desde su hombro hasta debajo de su otro brazo, una riñonera de color lila que estaba completamente hecha polvo rodeaba su ceñida camiseta.
El tipo del camión ha terminado y hemos emprendido la marcha. En la primera esquina el camión ha girado y entonces, con la larga y desierta calle por delante, la chica le ha dado caña al acelerador. Como una estrella fugaz, la he visto alejarse calle arriba hasta desvanecerse en un suspiro.
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