Gripazo



Miro por la ventana y todo el mundo me esta mirando.
Oigo susurros, cuchicheos y risas encubiertas
Que se apoderan de mi alma y me derriten los sesos.
Y no dejo de sentirte a mil años luz.

Enfermo y encerrado en esta habitación.
Oigo los aullidos interminables de los lobos
Mientras los fantasmas de la casa me dan escalofríos.
Y no dejo de sentirte a mil años luz.

Las voces cada vez me vuelven mas loco.
El miedo me quema y el agudo rechinar de los grilletes me angustian.
Sueño con saltar por la ventana, salir corriendo a buscarte
Y abrazarnos, tocarnos, besarnos, encendernos.

Las puertas del Edén



No hay nada como andar por un denso bosque
Que los arboles no te dejan ver.
Y una campanilla se cruce contigo
y juguetee un rato contigo.

La madre naturaleza que nutre este laberinto
Y estos lamentos que otrora
eran carcajadas majestuosas
de la madera y los espíritus de este baile de máscaras.

Me educaron para conocerte,
Me engañaron para amarte,
Me convencieron para poner la otra mejilla
Y sin embargo, no te creo.

Voy rodando por este mar verde
entre silenciosas confesiones
Y gemidos huecos.
Se adivinan rayos de sol entre las ramas.

Me duermo soñándote y muero sintiéndote.
Me quedo esperando frente a estas puertas esperando a que se abran.
Me quedo dubitativo preguntandome si volveré a verte durmiendo junto a estas puertas,
Las puertas del Edén.

New Morning



Suena el despertador en esta pequeña habitación. Lo paras de un golpe y no se oye nada. Solo el silencio que hay tras la tormenta. Solo nuestros gruñidos de “no me quiero levantar”,

Nuestro ronroneo retumba en las paredes. Suenan las sabanas y el nórdico como olas rompiendo en el mar al movernos, Tratando de encontrar la posición perfecta para pegarnos, Deseando fundirnos mas que abrazarnos.

Mientras curas mis heridas pienso: “Los cañones enmudecen. La guerra ha acabado. Una nueva mañana empieza al fin”.

El triunfo de Galatea



Mi amor habla con la boca llena de rosas.
Recita silencios plenos e ingrávidos.
Asesina sin manos ni armas.
Reluce entre las sombras de mis horas mas bajas.

La gente recita discursos de memoria.
Se dicen miradas que, de tan vacías, caen por su propio peso.
Admiran personas de cemento y piedra.
Obedecen estatuas de carne y hueso.

Mi amor me lanza al mar.
Me hunde en el espacio.
Me cuelga de la tierra.
Se tumba a mi lado levitando.

Y mientras nuestros cuerpos secos se mojan al sol,
Y nuestros pecados se queman y nuestra conciencia se disuelve;
Mi amor tiñe el cielo de fuego y los mares de sangre haciendo que me sienta
Nunca cansado, nunca triste, nunca culpable.

Desolación



Un barco ha atracado en el puerto.
Los marineros se pasean de bar en bar.
Las mujeres salen desoladas de los salones de belleza.
Y todos navegan llorando a la deriva por las calles.

El alcalde habla a la multitud desde el balcón mientras,
el predicador da su sermón en el callejon trasero del ayuntamiento.
Llueven palabras vacías como metal pesado cayendo del cielo.
Y todos escuchan llorando a la deriva por las calles.

Noé se pasea con un chimpancé celoso, domando leones con una bíblia.
Isaac Newton camina haciendo malabares por el canto de una moneda.
El circo ha llegado a la ciudad.
Y todos van de camino al espectáculo llorando a la deriva por las calles.

Hay una pelea en la calle.
Entre un hombre que nació en el este y otro que nació en el oeste.
La gente enloquece y todos te gritan: "¿De qué lado estás tú?"
Y todos pelean llorando a la deriva por las calles.

Voy paseando por la playa y veo pescadores.
Dibujan flores entre las ventanas del mar,
Donde hay bellas nereidas
Y no hay que pensar demasiado.