Ella tiene 19 años y es muy joven. Es guapa, atractiva y muy graciosa pero en realidad no tiene nada que decir.
Suena una canción y le digo “Hey! Esta canción siempre me hace sentir joven!
Escucharla siempre me recuerda a aquella noche en el Sidecar. Esa noche en que sonaba esta canción y tu suspirabas porque me hacía de rogar.
Recuerdo esa huida a la estación por las ramblas de Barna, con los pakis intentando vendernos cervezas y aquellos capullos envidiosos que se burlaban de nosotros cuando parabámos a besarnos.
O esa espera en la parada del metro, esquina con plaza catalunya… ¿Aquí? ¿Estas segura? En fin, ¿Contigo que mas daba todo?
Buscando la primera panadería que abriera. Desayunando juntos para al final, simplemente dormir a tu lado. Y es que durmiendo a tu lado, el mundo entero era secundario.
En este puto Sidecar acabo con gente que ni me va ni viene. Bebiéndome con mas ganas que nunca esta noche con sabor a lágrimas y bourbon, recordando lo que siempre fuímos, pensando en lo que aún eres capaz de hacer.
Esperando a que me encierren en tu ciudad de una vez por todas. La ciudad de los locos. O la de los jovenes... O ambas cosas seré. Por ti.
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