El Blues de la Vallparadis Street



Por alguna extraña razón últimamente he escuchado varias veces las palabras “Eres demasiado listo para (Inserte aquí acusación y su sermón santurrón)”

Demasiado listo como para comportarme de tal o cual manera. Demasiado listo para gastar mis noches de viernes o sabados en lo que sea que las gaste. Demasiado listo para auto-destruirme, cabrearme, deprimirme o lo que sea.

Bajo el “pretexto” de preocuparse por mi, todas las personas que me lo han dicho no están en mi vida. Ni siquiera lo han estado tiempo atrás cuando estaba muchísimo peor.

Tiene gracia que gente que no me ha tendido ni una miserable mano, gente que no se ha dignado a preguntarme cara a cara o que ni siquiera ha cruzado una maldita palabra conmigo en mucho tiempo, paradójicamente me tengan tanta estima como para considerarme tan “listo” y se “preocupen” tanto por mi.

Pues no. No soy listo. No soy ningún genio. No soy John Lennon, no soy Bob Dylan. Nunca he escrito una canción de amor o de Dubstep.

Pero tampoco soy un hipócrita de mierda que suelta palabras para aparentar, quedar bien o tener la conciencia tranquila.

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