I don't believe you

Cuando las metáforas ya no sirvan.
Cuando los niños pierdan la inocencia al saber lo que haces.
Cuando todos tus seguidores de plástico se desvanezcan.
¿Vendras entonces a verme?

Cuando los ilusos que engañas sean mitad
Y unos sigan adorándote diciendo que todo esta bien
Y los otros hayan despertado y vengan a pedirte explicaciones.
¿Vendras entonces a verme?

Cuando los mendigos llamen a tu puerta
Llevando la ropa que un día vestiste.
Y Einstein aúlle en el callejón donde da tu habitación.
¿Vendras entonces a verme?

Aún cuando el juez golpee fuerte su mallete
Y los ángeles toquen sus trompetas celestiales,
Dejarás huérfanos todos tus versos
E inventarás alguna excusa para no venir a verme.

Mucky Fingers



Encontraste a dios en el Cuore.
Aprendiste historia del Vogue.

Te paseas por la calle con algún pobre infeliz.
Y al llegar a casa lo encierras en una jaula y le arrojas un hueso.

Puedes creer que te quiere por tu forma de ser
Pero la verdad es que te ama por ese vestido tan mono.

Te has manchado las manos de maquillaje
y tus dedos estan pegajosos de mentiras.

Deberías estar durmiendo en la casa que construiste
pero si te sabe a mierda, bueno, es mejor que dormir en la calle ¿Sabes?

Hablas entre lágrimas de mariposas y abejas en tu estomago.
Pero la estampa parece mas bien el Blues de la “piedra rodante”.

Sigue contando que cada noche, cuando la fiesta se acaba y las luces se apagan,
Me siento en algún rincón solo y callado.

Sigue explicando que me levanto cada mañana
Con resaca y loco de amor.

Sigue diciendo que tengo pájaros en la cabeza.
Y sigue rezando para que dios no me detenga ahora.

I'm Not There



Voy andando por las calles de Gràcia y se despierta un viento infernal.
Juicio final.

Me cruzo con miradas encorsetadas y gente que no para de callar por los codos.
"Debe haber una salida por aquí" le dice el bufón al ladrón.

El público me abuchea ejerciendo el derecho que cree poseer.
El juez me sentencia ejerciendo la moralidad que algún dios le regaló.

Y Martha intenta mirarme adorable y tímida.
Pero la cara de Arlette se me aparece en cada olor.

Después de cenar cenizas de mi vida, estoy bebiendo sangre y riendo.
Pero la tenue luz y la decoración vintage de esta cárcel tosen recuerdos en mi cara que me angustian.

Un par de chicas con gafas de pasta me molestan con sus ojos como clavos.
Me cansa como tantas y tantas cosas y me pongo mis gafas de sol para ocultarme y jugar a ser Dylan.

Y mientras Martha ríe inocentemente por el alcohol,
Me parece ver a Arlette en todos y cada uno de los oscuros y miserables rincones de este funeral.

"Astronauta. Chimpancé anfetamínico. Siempre entendí muy bien a Shakespeare."
Le dice el condenado a muerte al Rey.

En la oscuridad de la noche, subo la calle.
Mientras me coloco bien las gafas de no ver.

Noche de oscura luz y de otras cosas que son a la vez dos cosas.
Noche que habla ahora por los descosidos, sin tener nada que decir.

"Hola exterminador ¿Que hay?
¿Te habías dado cuenta que solo contigo era capaz de disfrutar de todo lo que me parece vacío?

"Hola enterrador ¿Que tal todo?"
Fecha y hora, por favor.

Mi leona. Mi sirena.



Una noche cualquiera como esta, en un garito cualquiera como este, hablando con una bellísima rusa que esta de erasmus en este, nuestro afortunado pais del sol, la paella, y las tapas.

Todo es genial. We’re talking about life, books and Jazz.

De repente suena “Beyond the Sea” de Bobby Darin y me pierdo otra vez. Me pierdo como siempre.

Me pierdo de nuevo en mi rico mundo interior como buen introvertido que soy. En pensar que eres lo que necesitaba, en pensar que “ese” a quien le dedicas esas palabras tan bellas (poesía mas bien) no las merece.

La bella vikinga rubia de ojos azules sigue hablando. Es mas de lo que muchos soñarían. Pero sus palabras cada vez son mas un “Bla, bla bla” y yo, no dejo de pensar que aunque tus palabras no sean para mi, las necesito. No dejo de dibujarme bajo el mar, danzando contigo. No dejo de pensar en estar contigo, haciendo lo que sea. Pero contigo.

En mi playa, en mi mar, en mi océano interior, tu siempre tienes permiso para nadar.

Vuelve.

El Blues de la Vallparadis Street



Por alguna extraña razón últimamente he escuchado varias veces las palabras “Eres demasiado listo para (Inserte aquí acusación y su sermón santurrón)”

Demasiado listo como para comportarme de tal o cual manera. Demasiado listo para gastar mis noches de viernes o sabados en lo que sea que las gaste. Demasiado listo para auto-destruirme, cabrearme, deprimirme o lo que sea.

Bajo el “pretexto” de preocuparse por mi, todas las personas que me lo han dicho no están en mi vida. Ni siquiera lo han estado tiempo atrás cuando estaba muchísimo peor.

Tiene gracia que gente que no me ha tendido ni una miserable mano, gente que no se ha dignado a preguntarme cara a cara o que ni siquiera ha cruzado una maldita palabra conmigo en mucho tiempo, paradójicamente me tengan tanta estima como para considerarme tan “listo” y se “preocupen” tanto por mi.

Pues no. No soy listo. No soy ningún genio. No soy John Lennon, no soy Bob Dylan. Nunca he escrito una canción de amor o de Dubstep.

Pero tampoco soy un hipócrita de mierda que suelta palabras para aparentar, quedar bien o tener la conciencia tranquila.

Nick and Norah's infinite playlist



Ella tiene 19 años y es muy joven. Es guapa, atractiva y muy graciosa pero en realidad no tiene nada que decir.

Suena una canción y le digo “Hey! Esta canción siempre me hace sentir joven!

Escucharla siempre me recuerda a aquella noche en el Sidecar. Esa noche en que sonaba esta canción y tu suspirabas porque me hacía de rogar.

Recuerdo esa huida a la estación por las ramblas de Barna, con los pakis intentando vendernos cervezas y aquellos capullos envidiosos que se burlaban de nosotros cuando parabámos a besarnos.

O esa espera en la parada del metro, esquina con plaza catalunya… ¿Aquí? ¿Estas segura? En fin, ¿Contigo que mas daba todo?

Buscando la primera panadería que abriera. Desayunando juntos para al final, simplemente dormir a tu lado. Y es que durmiendo a tu lado, el mundo entero era secundario.

En este puto Sidecar acabo con gente que ni me va ni viene. Bebiéndome con mas ganas que nunca esta noche con sabor a lágrimas y bourbon, recordando lo que siempre fuímos, pensando en lo que aún eres capaz de hacer.

Esperando a que me encierren en tu ciudad de una vez por todas. La ciudad de los locos. O la de los jovenes... O ambas cosas seré. Por ti.