Era una de esas tipicas mañanas de charla metidos en la cama, entre bromas, risitas y achuchones. De pronto ella me dijo: "Tengo el presentimiento de que esto no va a salir bien."
Me quedé pensando por un momento que podía decirle, pero no le dije nada. No pude. Me dejó sin palabras y solo deseaba que la tierra me tragase.
Nunca pensé que yo iba a ser quien apretaría el botón de "volarlo todo por los aires".
Y ahora aquí estoy. Solo, en el Ave. Buscando la inspiración (o que se yo) debajo de una hamburguesa. Deseando estar pronto en Barcelona para meterme en el primer bar que encuentre y brindar por este corazon roto, que ya no se pega ni con super glue.
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