Aullido

Sangre helada, corazón espídico, pendientes de plata, polvo de oro en el reloj, la silla vacía, el habla llena, verbos huérfanos, adjetivos colmados, minucias que molestan, masoquismo pactado, filosofía de salón, olor a gasolina, mar de suspensos, tierra de estrellas.

Las estrellas llueven por el colador, dejan caer un delicioso nectar por el embudo que rellena la botella en la que bebo y mis labios arden. El faquir entretiene a la corte y el bufón echa una cabezadita sobre la cama de clavos. Has ignorado tus deseos y tu corazón no dolerá.

Calma, nunca pasará nada.

Russian Red



Un camino nunca es conocido sin ser recorrido. Una puerta nunca termina de quedar cerrada cuando te preguntas que pudo haber sido.

Mi conciencia se retuerce por un río donde la razón se diluye y el dolor, germina fuerte y sano como un jardín repleto de plantas, flores y enredaderas.

Siempre termino en la cama con alguna chica, acariciándola en ese preciso punto que descubrí en tu espalda, justo por debajo del hombro, con la esperanza de volver a sentir ese breve e intenso suspiro que, como una ajada flor, solías exhalar.