Superhéroes de barrio
Una noche volviendo a casa pasé por el puente y me detuve a mirar sus vistas. Vi el parque abriéndose ante mí. El campanario de la bella iglesia vigilándolo todo.
A lo lejos, vi el hospital y las casas encendidas como cerillas. Imaginé enfermos solitarios, hogares cálidos, familias sin brechas y amantes entregados.
Delante vi la gran avenida. Las luces de las tiendas y los faros de los coches que iban y venían la convertían en una ajetreada vía láctea y yo, me sentí pequeño.
Dicen que vivimos en una magnífica ciudad pero en realidad es tan vulgar como las demás. Solo un enorme decorado con un telón pomposo para que nadie recuerde las vidas anónimas, las almas solitarias y la verdad que discurre entre las sombras y los puntos ciegos.
Brindo cada noche por vosotros, por nosotros; superhéroes de barrio.
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