La chica en el camino de Kerouac

Recuerdo que tras darnos dos besos y desearnos lo mejor, Núria se monto en su bici y empezó a pedalear cuesta arriba hacia la frontera. Me quede un rato viendo como se iba alejando y por un momento pensé (y muy seriamente) cometer la locura de mi vida; dejarlo todo e irme con ella. Romper con esta vida moderna de teléfonos móviles y superficialidades y ser libre.

Vivir en la carretera, ver mundo, ser un animal salvaje y hacer única y exclusivamente lo que me dijera el corazón.

Espero que no cambies nunca y seas siempre libre.

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