Daysleeper



Son las cuatro de la mañana y los árboles se mecen. Todos duermen en sus camas pero él se queda mirando el techo de su habitación. Nadie le sueña.

Horas después de haber amanecido, da un salto, baja de la cama y sale de casa.

La luz da en sus ojos y le grita al sol de mediodía.

La gente anda por la acera de arriba a abajo y él se queda parado en mitad de la corriente continua mirando fijamente a ninguna parte. Alguien se acerca por detrás y pone la mano en su hombro haciendo que vuelva en si.

Autobuses, trenes, asientos vacíos entre personas que se evitan. Él los mira y ve personas que una vez estuvieron ahí.

Atrapado entre el trafico, el semáforo se pone en verde mientras él se entretiene contando los edificios y dibujando lineas sobre sus tejados.

Envuelto en el ruido de la ciudad, del engranaje y el discurrir de la vida, le pareció oír a alguien decir su nombre.