Mercadillo



No escuchas ni una sola palabra de lo que digo. Solo quieres pasar el rato rodando de bar en bar conmigo. Es tarde y ya debería estar durmiendo y tu, das una calada a tu cigarrillo y dices: “No tengo sueño”.
Rezo por resistir la mala vida que me das y no dormirme cada mañana cuando suena el despertador.
Y mientras me miras con tus ojos gélidos, tus pómulos se alzan sobre tu fina cara y tu cuerpo suena como un retrato de Brigitte.

Me encanta tu piso. La decoración moderna, el piano de pared y la cama de "barrotes".
Y ese vestido tan mono que compraste en algun mercadillo vintage se desliza abajo por tu cuerpo como un pluma balanceante por el aire y yo, como un niño travieso, me deslizo por el largo tobogan de tus piernas.

Se que estas pensando en él cuando hacemos el amor pero por un rato me olvido de las espinas que atraviesan mi corazón y mientras alcanzo las estrellas, te juro amor eterno mientras dure el frío invierno.